Angkar, Tiahuanaco, Manchú Picchu … entre otras constituyen algunos referentes de las ciudades que sucumbieron.
El ser humano por su estructura biológica necesita para subsistir las condiciones
adecuadas proporcionadas por la producción de los campos y luego crea monopolios administrativos centralizados, donde se establece, desarrolla el urbanismo metropolitano, práctica el comercio, elevar su conciencia filosófica
para poder vincularse y aliarse con las energías de la naturaleza. Conseguidos sus
objetivos primarios crea poderosos sistemas de cohesión humana que le da
fortalezas para dar rienda a su poder creativo, los grandes monumentos ahora en
ruinas son los testigos mudos de épocas pretéritas que casi fueron borradas por el tiempo.
Los aliados naturales de la élite son los dioses y con ellos
aparece la religión con la clase sacerdotal, el elemento concreto de esta
realidad son los templos.
En la modernidad quizás los nuevos dioses sean la ideología,
la religión ha sida sustituida por la constitución, además los sacerdotes quizás
sean la clase política, los templos serian constituyan los palacios de gobierno y
congresos.
Si miramos al pasado nosotros somos los hombres del futuro
que debemos aprender de las realidades pretéritas. Nuestra misión ahora extender la vida de nuestra civilización, que por la enseñanza de la Historia del Mundo debemos emprender.
Angkor, la civilización devorada por la selva
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